La Cultura en alerta

Celebro que la convocatoria de #alertaroja haya sido un éxito, la verdad. Ayer vi cómo el rojo había teñido las redes sociales y las movilizaciones habían sido apoyadas por los distintos sectores de la Cultura. Sin embargo, para que tengamos más fuerza, creo que este movimiento debe abandonar los intereses particulares de cada sector para favorecer una política común refuerce y cohesione a todos los profesionales de la Cultura. Solo eso nos hará lo suficientemente grandes como para ejercer una mayor presión al Ministerio.

Y aquí es donde me temo, que los profesionales del sector siempre hemos fallado.

Los intereses particulares, las especificidades o primar el protagonismo del sector con más visibilidad divide fuerzas y no representa la realidad cuantitativa. Entonces, no debería sorprender a nadie que las movilizaciones no sean lo bastante eficientes. Si al final a cada sector le preocupa solo su futuro, la lucha se atomiza y las posibilidades de un cambio real se diluyen. Aquí es donde todas debemos hacer una reflexión crítica y asumir, de una vez por todas, que o nos unimos en serio contra el aumento de la precariedad por la COVID, o seremos una víctima más de ella.

Revitalizar el Estatuto del Artista y pelear por su cumplimiento y mejora con motivo de la situación que nos afecta debería ser una prioridad para todas las Asociaciones Profesionales, Sindicatos e incluso empresas de la Cultura debería retomarse con urgencia. Movilizar a todos los sectores y realizar una mesa de negociación para tejer redes, conocernos y escucharnos. Porque necesitamos dignificar, proteger y defender nuestro trabajo, pero sobre todo porque una sociedad sin Cultura no puede salvarse de nada.